El Tai Chi es originario de la antigua China y en sus inicios se practicaba en los monasterios. Como que no hay documentación histórica, existen diferentes teorías sobre su nacimiento. El que sí que se ha demostrado es su vinculación directa con el Taoísmo, una religión oriental con más de 2.500 años y que tiene como objetivo la investigación del camino o Tao: equilibrio interno y externo, la unión de los dos opuestos y complementarios Yin y Yang , como una balanza que trata de equilibrarse constantemente. Es la teoría que rige el universo, dos extremos opuestos que, al mismo tiempo, están interconectados y forman parte de un todo.
Según explican los monjes taoístas de Wu Dang, fue un monje llamado Chang Sanfeng quién desarrolló un sistema unificando las técnicas de combate extremo con técnicas y ejercicios del Tao Yin antiguo y le dio el nombre de Taiji (Tai Chi). Se llama que Chang Sanfeng aprendió los estilos externos del Shaolín y, combinándolos con los ejercicios taoístas creó el Tai Chi.
El Tai Chi actual empezó hace unos 300 años a finales de la dinastía Ming y comienzos de la dinastía Quing a Chenjiogaou. Entre las muchas personas que contribuyeron a su desarrollo destaca el general Chen Wang Ting.
Se practican muchas formas de Tai Chi en todo el mundo y hay diferentes secuencias de movimientos (24, 32, 36, 42, 48 etc.). A cada estilo se han simplificado las secuencias largas originales de cada familia puesto que, las estructuras antiguas tienen entre 80 y más de 100 movimientos y se requiere mucha práctica y años de dedicación.
Modalidades principales: